The Putin Interviews: desde Rusia con amor

La cadena Showtime acaba de estrenar The Putin Interviews, un documental centrado en la figura de Vladimir Putin dirigido por el cineasta Oliver Stone. El documental está dividido en cuatro episodios y se basa en entrevistas obtenidas por Stone a lo largo de dos años, durante los cuales se le concedió acceso privilegiado al líder ruso.

 

 

La primera parte gira alrededor de la historia y la vida personal de Putin, desde su infancia hasta su llegada al poder. Luego será el turno de la política, desde su opinión sobre los anteriores presidentes rusos hasta su mirada sobre cuestiones más recientes. Con respecto a esto último, Stone hace las preguntas adecuadas y Putin no las evade, pero siempre parece faltar una pregunta de seguimiento ante algunas respuestas de Putin que son particularmente interesantes. Por ejemplo, cuando el mandatario ruso señala que, a diferencia de Rusia, hay otros países que sí interfieren activamente en las elecciones de terceros países. Ante esto, Stone no tiene nada para agregar, a pesar de que seguramente se da cuenta de que Putin está refiriéndose a los Estados Unidos.

 

Lo mismo sucede cuando Putin señala que en Estados Unidos los presidentes van y vienen, pero las políticas siguen siendo siempre las mismas. A Stone en ningún momento se le ocurre preguntar o preguntarse cómo eso es posible. Siendo el líder político que es, el mandatario ruso dice las cosas como son, aunque cuidando siempre la diplomacia. En una entrevista otorgada a un medio francés en mayo de este año, expresó esta última idea de manera un poco más elaborada, declarando abiertamente que son otras personas ajenas al presidente las que deciden sobre la política estadounidense:

 

«Ya he hablado con tres presidentes estadounidenses. Ellos vienen y se van, pero las políticas siguen siendo siempre las mismas. ¿Saben por qué? Se debe a una poderosa burocracia. Cuando una persona es electa, puede que tenga algunas ideas. Pero luego llega la gente con portafolios, bien vestidos, con trajes oscuros, tal como el mío, excepto por la corbata roja, porque ellos usan una negra o azul oscuro. E instantáneamente todo cambia. Esto es lo que sucede con cada administración.»

 

 

Putin habla sobre la crisis de Ucrania, la anexión de la península de Crimea, su colaboración con el gobierno del presidente sirio al-Assad para combatir los terroristas de ISIS y sobre las acusaciones de que el gobierno ruso estuvo involucrado en el hackeo a los servidores del comité del partido Demócrata. La respuesta de Putin a esto último no tiene desperdicio. Además de negar todo involucramiento, señala que lo único que hicieron los hackers es revelar información que se le ocultaba a la ciudadanía estadounidense y que eso de ningún modo es, tal como lo presenta la prensa estadounidense, «hackear las elecciones». En opinión de Putin, el hackeo no alteró el resultado y agrega que los demócratas deberían haberse disculpado con el pueblo estadounidense por haberles mentido.

 

En otra parte, el presidente ruso afirma lo que es un secreto a voces: que Estados Unidos creó y financió a al-Qaeda, así como financió a terroristas chechenos a fines de desastabilizar la situación política en Rusia. Señala que los Estados Unidos no quieren aliados, sino vasallos.

 

Otro de los segmentos destacados ocurre durante la entrevista realizada mientras el presidente ruso conduce un automóvil, con Stone sentado en el asiento del acompañante y el traductor detrás. Stone le pregunta por el caso Snowden, a lo que Putin responde que el exespía no hizo nada malo y que las agencias de inteligencia estadounidenses fueron demasiado lejos en su vigilancia. Pero también declara que, si bien estaba en su derecho al difundir la información, en su opinión simplemente debería haber renunciado por principios.

 

 

Como era de esperar, la prensa estadounidense, aliada de lo que se conoce como Deep State o Shadow Government -aquello que Putin identifica eufemísticamente como una poderosa burocracia- y acostumbrada a desinformar en cuestiones de geopolítica mundial, critica el tratamiento que Stone le da a Putin. Pretenden que el director se sume a la narrativa oficial a la que ellos se han plegado. Es decir, esperan que Stone propague desinformación y mentiras sobre Putin, acusándolo de ser un dictador sangriento y de haber interferido en las elecciones estadounidenses.

 

No resulta para nada sorprendente que esto sea algo que el documental se encarga de anticipar. Al concluir el ciclo de entrevistas y despedirse, Putin -consciente del tratamiento que recibe por parte de la prensa occidental- le advierte a Stone que va a ser duramente criticado por lo que acaba de hacer. A lo que el director responde que habrá valido la pena. Efectivamente y a pesar de las falencias de Stone como entrevistador, el documental vale la pena.

 


@reinoporserie