Grenseland (zona fronteriza) es una serie policial y de suspenso hecha en Noruega. El protagonista principal es Nikolai Andreassen (Tobias Santelmann), un detective de Oslo que se toma unos días de descanso en su pueblo natal. Mientras está allí, Nikolai se ve forzado a encargarse de una investigación de asesinato. El pueblo está ubicado en una zona fronteriza con Suecia y en él viven su padre -un comisario retirado- y su hermano también policía, quien debe cuidar a sus dos pequeños hijos luego de la muerte de su esposa.
Hay dos hechos principales en la trama de Grenseland. Uno de ellos, cuyo desenlace vemos apenas comenzada la serie, tiene que ver con un colega al que Andreassen acusa de corrupción y complicidad en un asesinato. En segundo lugar, un asesinato disfrazado de suicidio con el que Andreassen se encuentra cuando visita su pueblo natal. Nikolai se ve envuelto en la investigación y a poco de comenzar descubre que un miembro de su familia está implicado. Pensando en su familia y muy a su pesar, decide mentir y ayudar a encubrir el asesinato, pero todo comienza a complicarse cada vez más a medida que la investigación avanza.
Anniken (Ellen Dorrit Petersen), una detective que también llega para investigar el caso, es una sagaz investigadora que va al fondo de los hechos. Gracias a la perseverancia de su colega, Niko se encuentra con que las mentiras se hacen cada vez más grandes y se hace más difícil salir airoso de la situación. La trama avanza sin respiro a lo largo de los ocho episodios que componen la primera temporada. Cuando todo parece haber finalizado, el primer caso vuelve a tomar el centro de la escena y se conecta con el segundo.
Ambos casos tienen que ver con el tráfico de drogas entre la frontera de Noruega y Suecia. En los últimos episodios se revelan más detalles de la historia a través de escenas retrospectivas, y tanto la trama familiar como el encubrimiento van cobrando cada vez más peso en la sucesión de hechos. Andreassen pronto se encuentra en una situación imposible.
La serie se estrenó en Noruega en diciembre de 2017 y ahora, gracias a Netflix, está disponible para un público más amplio bajo el título de Borderliner. Es una producción modesta, pero su éxito reside en el guión y las actuaciones. No tiene todos los ingredientes clásicos del Nordic Noir, pero no deja de ser una típica serie policial nórdica con mucho suspenso. Puede que el final decepcione a algunos espectadores, pero no se trata del final de la historia, sino simplemente de un final de temporada que omite mostrarnos todos los detalles.
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